CONDICIONADOS POR LAS PALABRAS
Las palabras primero nos forman
al tiempo que nos deforman,
sobre todas, las palabras religiosas
esas nos hacen buenos o malos
nos crean traumas que destrozan
vidas
impediéndonos ser felices.
Si pudiéramos ver el trabajo de las
palabras
nos defenderíamos de aceptar
tal o cual palabra.
El subconsciente acepta cualquier
palabra,
adopta su carga semántica
y opera con esa carga, sin juzgarla,
porque el subconsciente carece de
inteligencia.
Así es como un “pecado” en
nuestra vida
se convierte en un “castigo”
condicionante
que gobierna nuestro actuar
en el día a día.
De ahí salen tantos: tímidos,
pederastas
malvados, impotentes, usureros…
y toda suerte de egos alterados.
Somos lo que las palabras
que aprendimos atestiguan.
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