Nos entramos en esta colmena fantástica los zánganos, y de nuestras deliciosas montas con la Abeja Reina nacen estos pollos, pobrecitos habladores.
miércoles, 20 de enero de 2016
HOY ME SENTÉ A ESCRIBIR
hoy me senté a escribir
y sin pararme demasiado a pensar
decidí utilizar sin permiso de nadie
algunas de esas letras que permanecen totalmente adormiladas
o siquiera abocadas al olvido:
la jota de vicente
la hache de bandera
la be de marco antonio
la ge de carambola
la eme de jersey
la ese de bullicio
o la efe de pastel
aparte de unas cuantas uves dobles de reserva
con las que poder hacer un superpupúrrico churro gramatical
y sacudir fuerte a los correctos correctísimos poetas
a ver si se sueltan...
(Luis)
jueves, 14 de enero de 2016
Mis uniformes. Por Moisés Coronado
¿Andar yo uniformado por la vida? ¡¡Nunca!!. Esto es lo que
yo pensaba hasta el pasado lunes, que en la clase de escritura creativa, el
profesor nos mandó una redacción sobre los uniformes que, unas veces obligado y
otras voluntariamente, hemos llevado a lo largo de nuestra vida…, esto me hizo
reflexionar, volviendo atrás en el tiempo, y estimo que verdaderamente he lucido
más uniformes de los que me hubiera gustado…
El primero fue a los seis años, cuando entré en el “Colegio
Ntra. Sra. de Begoña”, aunque el uniforme no estaba visible, se sobreentendía
que era, de las “Juventudes del Régimen”, todas las mañanas, antes de entrar en
clase, formado en fila con todos los niños del colegio, cantaba el “Viva
España”, Himno Nacional.
También de uniforme, a
los ocho años, con varios niños y niñas del mismo barrio, tomé la primera
comunión, me pusieron un traje de “buena persona” muy elegante, blanco, al
estilo de la época.
A los trece años, cuando entré en la “Escuela de aprendices
de A.H.V.”, el uniforme del taller consistía en un “mono amarillo”, admiración
de la mayoría de chicas del pueblo…, ante las que nos exhibíamos…, algo más
tarde, en la pubertad, los uniformes fueron voluntarios, después del colegio,
unas tardes, me ponía el de roquero y otras el de hippy, según conviniera, era
lo que se llevaba entre la juventud del momento.
Luego vino el uniforme de militar, “Infantería de Marina”, un
uniforme muy bonito y elegante de cara al público, pero no tan agradable vivido
desde dentro, diecinueve meses de servilismos y afrentas, todas mis
aspiraciones, promesas e ilusiones, retrasadas por un servicio militar,
impuesto arbitrariamente y sin sentido.
Una vez licenciado, y pasado un tiempo, me engalané poniéndome
el uniforme de esposo y a continuación conseguí el de padre, con los que he
llegado hasta la actualidad, compartiéndolos, desde hace tres años con el de
jubilado…,sin embargo, llevo seis años vistiendo el de abuelo, uniforme de lo
más gratificante y satisfactorio, sin desmerecer estos últimos.
Moisés Coronado, Enero de 2016.
domingo, 3 de enero de 2016
LA OJA DEL DIARIO
25 de septiembre de 1954
Querida Toni: voy a contarte lo que me pasó ayer,
He pasado mucho miedo, estaba jugando con unas amigas de la
calle a la pelota con la mala suerte que fue a parar a un corral, había un
coche y se rompió un cristal, el dueño vino a reclamarles a mis padres para que
se lo pagaran, si no llamarían a los guardias, he cogido tanto miedo, que no me
atrevo a salir a la calle, siempre estoy escondida, dentro de mi casa,
para que el dueño del coche no me vea le
tengo mucho miedo.
Fina Ruiz.
Fina Ruiz.
sábado, 2 de enero de 2016
El diario de Ana Fran
El día de su cumpleaños número 13 Ana
recibió como regalo un diario el cual la llenó de mucha felicidad y
decidió llamarlo kitty. Ana llevaba una vida normal y agradable junto a
su familia; compuesta por su madre Edith Frank-Holländer, su padre Otto
Frank y su hermana tres años mayor, Margot.
El comienzo del diario de Ana Frank, habla de su vida normal, detalles de cómo era el colegio; siempre rodeada por sus amigos y amigas, de cómo su profesor de matemáticas el Sr. Kepler se la pasaba regañándola porque no se podía quedar callada ni un momento, Ana era una niña muy bonita; así como de su primer amor Harry Goldman comentarios típicos de una niña de 13 años.
Hasta ese momento Ana de lo único que tenía que preocuparse era de sus estudios y de sus amigos, pero de repente todo cambió. Empezó la segunda guerra mundial y Holanda se vio invadida por los alemanes. Un día mientras caminaban por la plaza su papá le habló de un escondite al cual debía ser necesario que trasladaran todas sus cosas y sobre todo trasladarse ellos para no caer en manos de los alemanes.
Detalla en su diario un cierto enamoramiento entre los dos jóvenes, cuenta como la mayoría de las noches se las pasaban en la habitación de él, mirando por la ventana las estrellas y la luna. Esos fueron los momentos más felices que Ana describió durante su estadía en el escondite. El diario de Ana Frank termina el 1 de agosto de 1944, porque el 4 de agosto de 1944 cuando fueron finalmente encontrados.
Los agentes de la Gestapo detuvieron a todos los ocupantes y los llevaron a diferentes campos de concentración. Después de permanecer durante un tiempo en los campos de concentración de Westerbork y Auschwitz, Ana y su hermana mayor, Margot, fueron deportadas a Bergen-Belsen, donde ambas murieron durante una epidemia de tifus a causa de las malas condiciones de higiene en que se encontraban, entre finales de febrero y mediados de marzo de 1945.
De todos los habitantes del anexo, solo el padre de Ana volvió.
Jesus Jordan Alcañiz : GES 2 Nit.
El comienzo del diario de Ana Frank, habla de su vida normal, detalles de cómo era el colegio; siempre rodeada por sus amigos y amigas, de cómo su profesor de matemáticas el Sr. Kepler se la pasaba regañándola porque no se podía quedar callada ni un momento, Ana era una niña muy bonita; así como de su primer amor Harry Goldman comentarios típicos de una niña de 13 años.
Hasta ese momento Ana de lo único que tenía que preocuparse era de sus estudios y de sus amigos, pero de repente todo cambió. Empezó la segunda guerra mundial y Holanda se vio invadida por los alemanes. Un día mientras caminaban por la plaza su papá le habló de un escondite al cual debía ser necesario que trasladaran todas sus cosas y sobre todo trasladarse ellos para no caer en manos de los alemanes.
Detalla en su diario un cierto enamoramiento entre los dos jóvenes, cuenta como la mayoría de las noches se las pasaban en la habitación de él, mirando por la ventana las estrellas y la luna. Esos fueron los momentos más felices que Ana describió durante su estadía en el escondite. El diario de Ana Frank termina el 1 de agosto de 1944, porque el 4 de agosto de 1944 cuando fueron finalmente encontrados.
Los agentes de la Gestapo detuvieron a todos los ocupantes y los llevaron a diferentes campos de concentración. Después de permanecer durante un tiempo en los campos de concentración de Westerbork y Auschwitz, Ana y su hermana mayor, Margot, fueron deportadas a Bergen-Belsen, donde ambas murieron durante una epidemia de tifus a causa de las malas condiciones de higiene en que se encontraban, entre finales de febrero y mediados de marzo de 1945.
De todos los habitantes del anexo, solo el padre de Ana volvió.
Jesus Jordan Alcañiz : GES 2 Nit.
viernes, 1 de enero de 2016
El viento. por Moisés Coronado.
A veces me
gusta cantarle al viento.
Invisible me
despierta con la aurora entre silbidos y ululares.
Etéreas las
notas coquetean con las hojas de los arboles suspendidas en la nada.
Los plumeros
ejecutan su delicada coreografía al son que les marca la brisa.
Esbeltas
palmeras agitan las hojas vitoreando su enérgico paso.
Me maravillo
con la belleza de su equilibrada presencia.
A veces…, el
viento me lo agradece.
Moisés Coronado, Diciembre de 2016.
Desordenando. por Moisés Coronado.
¡¡Ordenes!! ¡¡Mandatos!! ¡¡Leyes!! ¡¡Para qué!!
si los que
las dictan son los primeros en incumplirlas.
Me siento un superhéroe y estoy desordenando el mundo para
sacarlo del caos, comienzo por desordenar las distribuciones farmacéuticas y
encuentro medicinas para todos.
Desordeno los ejércitos y se establece la paz en el planeta.
Desordeno las religiones y descubro comprensión y amor por
todas partes.
Desordeno los partidos políticos y se consiguen acuerdos
inimaginables,
para el bienestar y el progreso de los pueblos.
Desordeno el sistema de reparto del “Programa Mundial de Alimentos”
y aparece comida para todos.
Desordeno la burocracia de la “UNESCO” y se manifiesta la
igualdad entre las naciones.
Estoy desordenando el “G-6” y suena una explosión a mi lado…,bummm,
es la puerta del balcón que se ha cerrado de golpe y regreso a la cruda
realidad, me he quedado dormido en la tumbona……
Moisés Coronado, noviembre de 2015.
Te llamaré. por Moisés Coronado.
Te llamaré,
elegante pluma
te llamaré,
bondadoso ser
te llamaré,
cifra que suma
te llamaré, polo
“pa” lamer.
Te llamaré, bebé
en la cuna
te llamaré,
aguja de coser
te llamaré, claro
de luna
te llamaré,
mi buen neceser.
Te llamaré, canción
de tuna
te llamaré,
dulce de comer
te llamaré,
como yo quiera
te llamaré,
te llamaré, te llamaré……
Moisés Coronado, Noviembre de 2015.
El pozo de las palabras. por Moisés Coronado.
D. Julián, el profesor de Castellnor, se había jubilado y su
plaza la ocupó D. Valentín, un profesor que en poco tiempo, demostró ser muy
bueno, cariñoso con los niños y condescendiente con los padres, los días que no
daba clase, después de comer, jugaba una partida de dominó, (juego en el que
era un lince), con el alcalde, el cura y el dueño del único bar que había en el
pueblo, pero su distracción preferida, después de terminar las clases, era
coger un grueso libro y en la soledad de una cueva cercana, se sentaba
tranquilamente a leerlo…, allí nacía un alegre manantial que alimentaba un pozo,
algo retirado, del que los vecinos sacaban agua para beber, pues era buenísima.
Lo que no se podían imaginar los vecinos es que ese libro fuera
un diccionario, D. Valentín tenía la obsesión de aprendérselo de memoria, extraer
su sabiduría, tarea que le llevaba todo el tiempo que tenía libre, leía las
palabras y las descripciones en voz alta, pero cuando una palabra se le ponía difícil,
la describía una y otra vez levantando más la voz hasta que la aprendía, el eco
devolvía la palabra, reverberaba en toda la cueva y el agua del manantial
elevaba el tono de su risueño cantar.
Pasados unos años, D. Valentín seguía acudiendo a la cueva
con su diccionario y se dio cuenta que cuando comenzaba a leer, el manantial se
tornaba más divertido, como si se deleitara con su lectura, él también se
encontraba más alegre, más eufórico…., sin percibirlo habían conseguido una
conexión espiritual, intercambiando buenas vibraciones, el profesor en esos
momentos, se volvía agua y el agua, una fuente de sabiduría, que como espuma
iba deslizándose hacia el pozo, que poco a poco y haciendo un esfuerzo
inimaginable, fue aprendiendo el significado de todas las palabras.
En el pueblo ya sabían todos que D. Valentín llevaba a la
cueva un diccionario, pues en una partida de dominó, el amo del bar le había
dicho que los vecinos preguntaban, -¿qué clase de libro era aquel que le
costaba tantos años leer?-, D. Valentín, recostándose en la silla, se echó a
reír y le contó lo que hacía en la cueva, pero que no era labor fácil.
Una tarde, estando D. Valentín en la cueva con su tarea, una
vecina que fue a coger agua al pozo, le preguntó, (gritando para que la oyera),
el significado de una palabra y cuando el profesor iba a responderle, se oyó un
voz de ultratumba, fuerte y clara, que salía del pozo, contestándole…, la mujer
soltó el cántaro, y espantada salió corriendo hacia el pueblo gritando -¡¡el
pozo habla, el pozo habla!!-, algunos vecinos se arremolinaron alrededor de
ella y le preguntaron que como había sido y la mujer casi sin aliento por el
susto, les explicó lo que había sucedido. Mientras tanto el profesor, pasado el
primer sobresalto y sin dar crédito a lo que había oído, se aproximó al pozo y
comenzó a preguntarle algunas palabras, contestándole este rápidamente, en ese
instante subían por el camino los vecinos, escépticos, atropellándose unos a
otros para ser los primeros en llegar y preguntarle, pero todos pararon de
golpe al oír la voz firme que salía del pozo y le respondía al profesor.
Han pasado muchos años desde que ocurrieron los hechos y esa
leyenda continúa viva, gentes de todos los lugares acuden a oír semejante
maravilla, ha supuesto el resurgimiento de Castellnor y los vecinos se sienten
muy orgullosos con su pozo, que además de agua les da sabiduría.
Moisés Coronado, Noviembre de 2015.
Lo que quiero y para qué. por Moisés Coronado.
Lo que quiero
en estos momentos
mejorando la
excepción
es retomar los
buenos vientos
y encontrar
la inspiración:
Para sentar
los cimientos
con buena
palabrería
para poner
bien acentos
y signos de
algarabía.
Para evitar
los cruentos
hechizos de
brujería
para quitar
los violentos
ataques de
infantería.
Para buscar
argumentos
que la gente
creería
para
engendrar grandes cuentos
preñados de
fantasía.
Moisés Coronado, Noviembre de 2015.
Somos novios..., por Moisés Coronado.
Somos novios… ¡por fin!, pensaron los dos cuando después de
varios años de silencios, disimulos y prejuicios, sus familias habían dado el
consentimiento para formalizar sus relaciones.
Ella, se llamaba Jalila, era palestina, árabe y vivía en la
ciudad vieja de Jerusalén, asistió al “Colegio español de Ntrª. Señora del
Pilar”, dirigido
por las “Religiosas misioneras hijas del calvario” en el que convivían niñas árabes y
cristianas, en perfecta armonía. Estudió música y violín en el “Instituto Magníficat”,
regentado por fray Arnau de Pierucci, destacando muy pronto por su facilidad
para interpretar e improvisar todo tipo de melodías, canciones y partituras, relacionadas
con su instrumento.
El, se llamaba Efraím, era judío, y vivía en el oeste de
Jerusalén, fue a la escuela “Max Rayne Mano a Mano”, en el que compartían
estudios cristianos, judíos y árabes. Estudió viola en la “Academia de música y
danza de Jerusalén”, siendo el mejor de su promoción.
Todo comenzó cuando, el director de música Daniel Barenboim,
los invitó a formar parte de la “Orquesta de la paz", que estaba formada
principalmente por palestinos e israelitas, para dar una serie de conciertos
por todo el mundo.
En el primer ensayo, sus instrumentos sonaron al unísono,
armónicos, trémolos, pizzicatos todas las notas unidas por un don etéreo,
voluptuoso algunas veces…, sus ilusiones y anhelos estaban en la melodía,
sacaron todo lo que llevaban dentro entregándose en cuerpo y alma, mas cuando
sus instrumentos sonaron por encima de la orquesta, se dieron cuenta que estaban
unidos por un vínculo maravilloso, más fuerte que la música, a Barenboim
tampoco le pasó desapercibida su interpretación y cuando terminó el ensayo los
llamó para felicitarles, estaban radiantes, se saludaron, y con el roce de las
manos, afinaron sus sentimientos en el mismo tono…, los interpretaron con la
misma nota…, no importó que fueran de religiones diferentes, en ese preciso instante,
desapareció el mundo para ellos, solo querían saborear el momento… y sin darse
cuenta se enamoraron.
De regreso a Jerusalén, nadie aprobaba su relación, los
padres de Efraím no comprendían como había sucedido y los padres de Jalila le
prohibieron que paseara con él, pero… siguieron hablando a escondidas, buscaban
cualquier momento, cualquier excusa, para verse.
Pasado el tiempo y viendo que nadie aceptaba su relación,
planearon un encuentro casual con sus padres, no era una idea muy genial pero
no se les ocurría nada mejor…, cada uno por separado le dijeron, a sus padres,
que les habían invitado a dar un concierto en el “Instituto Magníficat”, con
los compañeros de la “Orquesta de la paz” y querían que sus padres asistieran.
No hizo falta entrar al instituto, Jalila y sus padres estaban
en la puerta cuando llegó Efraím con los suyos, el encuentro fue tenso, Efraím
presentó a Jalila a sus padres y jalila presentó a Efraím a los suyos,
expusieron su pretensión de seguir con la relación, a pesar de que ellos no la
aprobaban, si hacía falta se irían de Israel…, tras un largo debate, en el que
no faltó la religión, los padres, les prometieron que se juntarían para buscar
una solución y pasadas unas semanas, les comunicaron la buena noticia…, podían
ser Novios.
Moisés Coronado, Octubre de 2015.
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