Vidas inocentes, voces silenciadas.
Manos asesinas, niñas maltratadas.
¿Hacia dónde corrían desesperadas?
Para quitarse de qué.
Huían del mal hechor, que con ellas
comerciaban,
de la esclavitud que a su lado les esperaba.
Horizontes sin futuro. Flores de loto
Arrancadas de sus raíces a las primeras luces del alba.
¿Dónde ocultan a nuestras niñas?
Desesperadas las madres se preguntaban.
Todos callan, todos duermen.
¡No hay quien de un grito de alarma!
El pueblo ahoga su rabia,
Ante una fuerza poderosa, y una ambición
descontrolada.
Carmen Cobles
1/04/2015
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