Comentaban dos amigos,
en la esquina el matadero,
que bien viviríamos, Manolo,
si no existiera el dinero.
Ni bancos, ni consejeros,
ni amos, ni esclavos habría,
explicaba el buen Antonio
con mucha sabiduría.
¡¡ Cambio papas por
sardinas!!
¿recuerdas?........, el
mercado como antaño,
¡¡huevos por zapatillas!!
Boceaba el labrador, a la
busca de un apaño.
Fruto de nuestro trabajo,
comeríamos lo que hubiera,
pues no habría ni arriba, ni
abajo,
ni cosa que lo impidiera.
La visita al medico
pagaríamos,
comentaba Manolillo,
con una docena de huevos
o dos botes de membrillo.
Decía, a su amigo Antonio,
que el cura trabajaría,
ya que plegarias y oraciones,
nadie las comería.
Consultaron el reloj,
el tiempo deprisa pasa
y dijeron los amigos,
nos tenemos que ir a casa.
De vuelta camino a casa
abordaron la cuestión,
prohibir el dinero en el
mundo,
es la mejor solución.
Moisés Coronado, Mayo de 2015.
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