¿Y si el príncipe se hubiera
enamorado de una hermanastra?
¿Qué habría sido del cuento?
La infame madrastra continuaría con
sus maldades, Cenicienta tendría que trabajar mucho más para tener contentas a
las perversas hermanastras.
Por supuesto que el zapatito de
cristal no tendría protagonismo y el príncipe no perdería tiempo buscándolo,
todo habría sido mucho más sencillo.
Ha pasado el tiempo y….
El príncipe tiene una querida que
limpia chimeneas de la que está muy enamorado y le dicen Cenicienta.
La hermanastra se ha quitado las
verrugas de la cara, se ha puesto tetas y se ha liado con su entrenador
personal de pádel.
La otra hermanastra vive del
“cuento”.
La madrastra ha encandilado al Rey y
sigue urdiendo tretas para llevárselo a donde ella quiere.
Cenicienta sigue siendo muy buena,
por lo que continúa limpiando chimeneas…, incluida la del príncipe.
Moisés Coronado, Abril de 2016.
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