viernes, 20 de febrero de 2015

JUANA . Laura

                                                                     
            JUANA             
                                                                     
                                                                     
                                                                     


En aquellos años era imposible que las mujeres hablaran de sexo, ni siquiera entre amigas, nada,nunca. Ella, Juana, jamás había tenido novio, nunca había estado con hombre alguno y así llegó a sus cuarenta otoños.Aunque nunca pecó de cuerpo su imaginación la traicionaba, atormentando sus culpas, castigando su calma. Vivía en un mundo de preguntas que solo ella conocía, pero para las cuales la vida no le había asignado respuesta alguna. Lo que más la preocupaba era no saber actuar si en algún momento Cupido la visitaba. Temía que su inexperiencia y tabúes espantarán a el hombre que le tocara, y por más que lo quiso intentar muchas veces no fue capaz de conversar sobre esto con su amiga del alma.
A pesar de creer que su tiempo de ilusiones ya no llegaría, guardaba en un rinconcito de su corazón, justo ahí, en el único lugar seco , al cual las lágrimas no pudieron llegar,un cofrecito repleto de esperanzas dormidas, sueños arrugados y deseos imaginados.Los apartó del resto de sentimientos porque estaba segura que cuando los pensaba pecaba, esa era la educación que había recibido, entonces quiso mantenerse a salvo escondiéndolos allí.
Veía de lejos, a través de las vidas que la rodeaban, cómo era estar enamorada, tener a alguien con quién compartir penas, abrazos,almohada. Disfrutaba el amor que los demás desbordaban.
Cómo tantos domingos, volvía sola de misa, distraída,lejana.Su atontado paso confundió el camino, y le dio sin querer un mejor destino. El caballero aquel la observaba, estaba sentado junto a la fuente, en la plaza y su sonrisa y mirada la acompañaron hasta que ella estuvo por fin delante de su estampa. El interceptó su paso impidiendo que avanzará, ella temblando como vara, sintió que , prejuicios, ilusiones,sueños, miedos y esperanzas ,se arremolinaban en su vientre y reflejaban en su cara.De pronto sucedió , Juana fue sorprendida con un dulce beso que aquel caballero le robara. Beso que despertó esperanzas, planchó sueños, provocó deseos y fue dando respuestas a sus preguntas guardadas.Desde ese instante, su alma emocionada se quitó de un soplo el peso de una educación equivocada.

                  Laura




No hay comentarios:

Publicar un comentario