domingo, 15 de marzo de 2015

DESPERTARES DE UN OFICIO

Siempre digo que un escritor es aquella persona que plasma en un papel lo que piensa, cuenta y ha hecho o hace en todo momento.
         Por mucho que me empeño para mí, muy difícil. Lo mío aprendiz.
         El despertar de mi oficio, electricista, va siempre ligado al himno fallero “ JA SE ACOSTA SAN JUSEP “asociado al mote de pirotécnico.
         Empecé mi oficio de aprendiz en una colla formada por un maestro y dos aprendices.
         Paco el maestro, que había adquirido su experiencia a base de práctica y poco estudio, se pasaba el día renegando, mandando para no perder su poder y de lo que había pescado a caña, practicando su deporte favorito.
         Juan con estudios por correspondencia de  técnico en radio, ideólogo y filósofo por naturaleza, poco a poco con su filosofía, fue arrebatando el mando al maestro, pesando mucho sus pensamientos a la hora de tomar decisiones.
         José, yo, el que pretende contar estos despertares, con aureola de listo, (más bien de tonto), por mi cuarto de bachiller terminado y mi primer curso común en la escuela de Peritos aprobado. Necesitado de tiempo para poder seguir con mis estudios. Mirado con recelos por ambos, por si algún día cuando acabara mis estudios……….
         Trabajábamos en la reparación de motores eléctricos, los cuales una vez reparados se probaban en un recinto de pruebas llamado el PANTEÓN, por los sustos de muerte que daban algunos motores en la prueba, llamaradas y ruidos que parecian una mascletá de VALENCIA .
         Pronto me dí cuenta que, tanto el maestro como el ideólogo le tenían pánico al PANTEON, por lo que les propuse, cambio de tiempo libre para mi estudio, por arrendamiento del fúnebre lugar a mi favor por sécula- seculorum.
         Después de muchos debates, valorando tiempo libre para estudio por prueba de Panteón, llegamos a un acuerdo.
         Esto dio lugar a que todas las mascletas las encendiera yo ( ahí lo de pirotécnico ) y como había que salir corriendo para que no te pillaran los cohetes, en mi huida los de alrededor me cantaban “ JA SE ACOSTA SANT JUSEP “.
         El contrato de arrendamiento duró cuatro años, hasta que vinieron nuevos aprendices y a Juan y a mi nos destinaron por separado a otro sitio
         Creo que de ahí me viene la afición que tengo a las mascletas de las fiestas de San José. Todos los años voy a alguna que otra. Me gusta estar cerca del vallado, las escuchos con los ojos cerrados, cuando acaban me despierto y me acuerdo de aquel oficio que aprendí con Paco y con Juan.

                                      José Pérez Zamora.  12 mayo 2014  

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