Sobre el azul violeta sereno,
un rojo ardiente se derrama,
recorre cielos
tal jóvenes aves en bandadas.
Asoma a un galope lento
al despertar la mañana,
para llevarse mi ensueño
a ese castillo de la distancia.
Y en la tarde de nuevo,
llegan las horas de calma,
y la mente transita recuerdos,
notas la piel acariciada.
Susurros asidos a tu cuello.
Diademas de amor y nostalgias.
Carmen de la Torre
21/03/15
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