Cuando apenas tenía ocho años y mi meta era cumplir los diez,
mi ideal de sitio para vivir, pasaba por el huerto de “garroferas”, que había
al lado de mi casa, hacerme una choza de cañas encima de “la favorita” y pasar
toda la vida encaramado en ellas.
Llegó la pubertad, tiempos delicados e ilusionantes,
difíciles, que se alargó hasta que comenzó
la juventud, con ella, mi ideal de sitio para vivir, cambió radicalmente, mis
amigos hablaban de comprar una granja, alejada de la civilización y establecer
una comuna, pero mis expectativas iban más allá, mi afición a la fotografía, me
hacía imaginar lugares cada vez más lejanos, soñaba con poder visitarlos algún
día y volver, glorioso, con mis carretes cargados de monumentos, personajes,
animales exóticos…., han tenido que pasar muchos años de, esperanzas y
desengaños, triunfos y fracasos, penas y alegrías, pero sobre todo, optimismo y
ganas de vencer las adversidades, para que estos sueños comiencen a hacerse
realidad.
Vivo donde tengo mi familia, mi hogar y mi trabajo, he
viajado a algunos países exóticos, he traído la mochila llena de imágenes
magnificas, pero la vida me ha enseñado que la gloria, no significa nada, hay
que ganársela con generosidad, respeto hacia uno mismo y el trabajo de cada día,
que es el que te otorga el privilegio de elegir, el sitio, donde quieres vivir.
Moisés Coronado, Marzo de 2015
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