jueves, 26 de marzo de 2015

para Antonio Cebrián, por si acude aún a este panal

no puedes ser tú, Antonio, ese rey derribado
        en una esquina del tablero: tú,
        que cabalgabas sus calles subido a un logaritmo,
que te comías al paso las palabra vestidas de torre, y ganabas
        un poliptoton, geminaciones, paradiástoles,
        que mareabas a los alfiles con tu álgebra, que dabas
        jaque
        amable
        a los cálculos integrales
       
        esto no puede ser gambito: ¿qué ventaja
        saca tu señor
        tremendo
        poniéndote la zancadilla?
       
        quiero que valgas el peón de tu reina, soñar tu mudanza
        última,
        maravillosa,
        en la casilla octava


        (tu pofe)

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