AGUAMIELES
Anochece, y las estrellas,
en su brillantez de plata,
distribuyen sus fulgores
en el fondo de mi alma,
mudándolos mi morriña
en torbellino de escarcha.
Esta noche incontestable
te presiento, viva y blanca.
Cíñeme en tu luna colma
entre aguamieles y calas,
procurándome un ensueño
donde zurcir mi esperanza;
y se purpure de oro
el azul de las mañanas.
Carende
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