viernes, 16 de enero de 2015


QUÉ SE TE HA IDO CON ESTE DÍA

          Magnífica pregunta. Un empate. No sé si lo he contado ya alguna vez, pero aprovecho para manifestarlo de nuevo: me encantan los empates; es más, no concibo el mundo alejado de esta solución. Nunca he entendido por qué ha de existir en todas y cada una de las facetas de la vida, ese afán por vencer al otro, porque aparezca siempre un ganador que lo único que consigue al final, es humillar al que ha perdido; y..., pregunto yo ¿qué necesidad hay de luchar a todas horas por la victoria, por ser el primero en todo?  Seguro que no pensamos en el daño que hacemos al que queda atrás, al que es incapaz de seguir nuestro ritmo o nuestras cualidades más sobresalientes, si es que uno tiene alguna... Odio las victorias. Reniego de las derrotas. El empate es el futuro. Esa posición equilibrada y justa que reparte con equidad alegrías y tristezas, tanto en el ser humano como en los animales; sí, sí, en los animales... porque, vamos a ver... si una serpiente muerde tres veces seguidas a otra ¿por qué no puede ésta morder también tres veces seguidas a ella? y si no lo consigue por ser más débil ¿por qué no se deja la otra, la muy egoísta? Acabando empatadas a mordiscos desaparecen como por encanto el ánimo de revancha y el rencor por haber sido vencida, y es seguro que aparecerá muy pronto un sentimiento de respeto entre las dos, habida cuenta de las posibilidades demostradas por ambas durante la pelea; ejemplo válido también si de un sesudo catedrático de física se trata queriendo destacar delante de un albañil, pongo por caso; qué interesante para los dos que el catedrático adoptase singularidades propias de aquel, y que éste, el albañil, fuese capaz sin ningún tipo de complejo, de dar clases en la facultad donde el empate como propuesta de solución vital para todo el mundo, fuera la estrella... Olvidémoslo, salir vencedor en algo, en el fondo, no es bueno para nadie. Basta ver el gesto de los aficionados al fútbol al salir del bar después de ofrecer la televisión un partido de máxima rivalidad. Si se ha producido la victoria de alguno de los contendientes, se verán rostros altivos y chulescos con esa media sonrisa a lo Clint Eastwood, saliendo del establecimiento sin saludar y diciendo para sus adentros: ahí queda eso. Joderos. Sin embargo, es curioso observar cómo si ha sido un empate el resultado final, los aficionados de ambos equipos salen sonriendo a partes iguales, bromeando entre ellos, palmeándose la espalda e incluso invitándose a una última cerveza "que tampoco vale la pena enfadarse por el fútbol" ¿Qué ha ocurrido? Muy sencillo. Se ha activado el mecanismo del empate. No falla. Une. El empate une. Aleja egos innecesarios y provocadores, y queda demostrado: el empate hace más humano al hombre; mucho más llevadero este valle de lágrimas tan desgarrador y despótico cuando alguien hace gala de sus triunfos; pero esta solución del empate no creáis que es tan fácil de conseguir todavía, eh...; el mundo no está preparado para aceptar de buen grado este reparto equitativo de ventajas, desventajas, gracias, desgracias, riquezas, miserias, o resultados de fútbol. Seguro que después de presentar esta propuesta de convivencia, alguien de los que lean se plantea hacer una mejor con el fin de ganarme, y dejarme con el culo al aire. Lo dicho, no estamos preparados aún, y por eso se me irá con este día una vez más, algo por lo que me declaro activista consumado: el logro porque en cualquier parte, la filosofía del empate sea asignatura ineludible para alcanzar el bien y la felicidad completa de toda la humanidad.

(Luis)

2 comentarios:

  1. ¿ QUE SE TE HA IDO CON ESTE DÍA ?

    Sonó el despertador, como todos los días.
    Me gusta ponerlo siempre al acostarme.
    Me da tranquilidad por las noches.
    Es un amigo de toda la vida.
    Vela por mí en mis sueños.
    Día más o menos rutinario.
    Señalado por la hora en que, ví el sol por Levante.
    Entran los primeros rayos en mi habitación.
    A estas horas la calle que diviso desde mi ventana.
    Está vacía.
    Me pregunto. ¿ Que hago hoy ?.
    Programo ó dejo pasar los segundos libremente sin cogerme a ellos.
    Lo segundo.
    No hago nada.
    Se me ha ido el sol con este día.
    Ha venido a verme la luna esta noche.

    José Pérez Zamora. Un / día más / de este año.

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