Es bueno recordar lo
que se me ha ido en el día; porque esos pensamientos ejercitan la memoria y
evitan que esta se oxide.
A continuación transcribo
algunas de mis meditaciones diarias:
Sonidos silenciosos que
palpan los colores sangrientos del atardecer.
El murmullo de las
flores que, con sus pétalos dominicales, proporcionan aromas visibles ajenos a
guerras santas.
Horas jubiladas y
minutos cansados dejan segundos desmayados en la lúgubre noche de los sueños.
Preguntas de la vida
aparcadas en los interrogantes del subconsciente, esperando las repuestas de
sabios diligentes.
Creencias dormidas que despiertan
vivos pigmentos para excitar conciencias de las confesiones inútiles.
También se me ha ido el
Tiempo, ese medidor invisible, que ya es pasado, que nunca para, que siempre está y no ocupa
lugar en el espacio. Me pregunto si lo he aprovechado o lo he desperdiciado. Porque
el Tiempo es un fugitivo del presente que no vuelve más.
Al final pasa el tiempo llega la noche y me duermo.
Mañana será otro día.
Antonio Cebrián Gil, 12-01-2015
Resume tu vida empleando figuras de animales :
ResponderEliminarpara representar las diferentes etapas.
Nací entre corderos y lobos. Los primeros me arrullaban en su pesebre, los segundos me acechaban con sus aullidos y garras.
Empecé a caminar como los burros, obedeciendo a base de palo y con la misma paciencia que ellos. Me caí de uno y aprendí que el sufrimiento se combate luchando y tirando del peso que te ponen hasta librarte de él. Las quejas no sirven. Primera lección , no la olvidaré nunca.
Crecí como las tortugas, disimulando todo lo que podía , moviendo el cuerpo y la cabeza como ellas , observando todo lo que a mi alrededor pasaba y escondiéndola para que no te pegaran. En aquella época hasta los maestros pegaban,…….. a los que pegaban.
Pasé mi juventud cabalgando en caballos sin sillas. A veces detrás de ellos, cuidando mucho que no te dieran una coz. Hasta que un perrito caniche blanco, muy poquita cosa, pero haciendo uso de su inteligencia, se puso delante de los desbocados caballos y los paró.
Mi vida ha transcurrido cogido a la correa de ese perrito blanco del cual aprendí a compartir, exigir, respetar y ladrar.
Se murió el perrito fuerte, duro, astuto, cariñoso ( no con todos ) y fiel.
Ahora camino a la velocidad de otra tortuga buscando la tranquilidad que ellas tienen, cuando se encuentran protegidas en busca de su aletargamiento.
Agradecimiento a Yuti, al burro de mi amigo Jesús, a Luko y Yuti dos
José pérez Zamora. 16 enero de 2015