Hoy quiero rendir homenaje a la memoria, de una persona muy
especial, que ha significado mucho para todos los que tuvimos la gran suerte de
conocerla, hay personas que tras su marcha dejan un gran vacío muy difícil de
llenar, que solo el paso del tiempo, te enseña a sobrellevar, aliviando a si la
pena para por el camino de esta vida poder continuar.
Al recordar su persona, se forma
un nudo en mi garganta y se humedecen
mis ojos, que se me inundan de lagrimas
por el llanto de mi alma, que solo de esta manera abandona su silencio, sale de
su soledad para expresar una pena que ella guarda muy adentro y solo de esta
manera encuentra su libertad.
Sabemos que en esta vida estamos
de paso, que no vamos a vivir eternamente, el secreto está en hacer o dejar
algo que si lo haga y ese es justamente el legado que esta mujer ha dejado, con
su conducta ejemplar su humildad y generosidad sello de su identidad, sin duda su vida un gran ejemplo a imitar, me siento
afortunado por haber podido formar parte en la vida de semejante mujer, mas si algún
defecto tenia, yo no se lo supe ver.
Hace un año nos dejaste, y no por
tu voluntad fuiste llamada de urgencia y casi sin avisar, el creador te
requería para formar parte distinguida de su corte celestial, no reparando en
el caos que para nosotros tras tu marcha
iba a quedar y dejando en nuestras vidas una inmensa soledad, que solo nuestro
aliado el tiempo se encargara de aliviar, la tristeza de unas almas afligidas
por que a nuestro lado ya no estás.
Aun recuerdo aquel día que por la
casualidad fuiste una testigo muda de tu cruel realidad, recibías la visita
inesperada de esa indeseada invitada de excepción llamada enfermedad, que a tu
cuerpo le invadía y que tu mente se
resistía aceptar, sin resignarse a su duro e injusto destino y luchando
con gran aplomo para a nadie preocupar.
Aquella tarde calurosa del mes de
junio festividad de san Juan, dabas tu último aliento antes de encontrar la
paz, después del tormento que tuviste que pasar, encontraste tu descanso y
emprendiste ese último viaje a la
inmensa eternidad.
Hoy desde ese lugar de privilegio,
en el que seguro estas nos estarás observando como en la vida nos va y a dios
siempre recordándole estarás que a tu
familia nada nos tiene que faltar.
Tu persona
siempre permanecerá viva en
nuestra memoria, porque jamás la olvidaremos, siempre seguirá formando parte de
nosotros, hasta el fin de nuestros días, en los que de nuevo nos volveremos a encontrar.
DESCANSE EN PAZ GRAN SEÑORA.
Manuel Méndez
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