TRILOGÍA
Tres,
era tres y una sola sombra
las
otras dos quedaron
allí
sobre el frío asfalto,
quebrados
los
días vividos
los
sueños frustrados
los
proyectos inacabados.
Dos,
eran dos las sombras perdidas
en
medio de la noche
allí,
entre un amasijo
de
hierros,
de
luces hirientes
de
gritos y llanto
en
medio del caos y la nada.
Y
una sola, una sola sombra
abriéndose
paso
allí,
en medio, pugnando
por
sentir la vida,
por
encontrar algo
por
asirse a alguien
y
estrechar una mano amiga.
Tres,
eran tres… y…
tan
solo una
volvió a atrapar esa noche
los
espejos de la luna.
ROSARIO
REAL SALCEDO -
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